Seguidores

viernes, 10 de noviembre de 2017

LA ESPAÑA QUE YO SOÑE . PARTE II


Después que haber pasado un tiempo, producto de algunos contratiempos, de seguir cuidando mi salud y sus controles, vuelvo a mi querida España, a ese sueño que se hizo realidad y que me dejo tantos momentos maravillosos, con la compañía de mi hija y de mi hermana.
El ataque terrorista producido dos semanas después de mi regreso en Barcelona, me dejo impresionada, dolorida y por sobre todas las cosas esa sensación de haber sido increíblemente injusta...
La vida es lo que los seres humanos en esencia cuidamos, respetamos y solo podemos comprender su fin si es fortuito, si es esperado irremediablemente por una enfermedad o porque la vida se va porque llegó ese momento. ¡NUNCA! porque nos la quiten, no hay ninguna escusa valedera por la cual sea aceptado el fin de alguien o de varios.
Recuerdo ese paseo tan importante de esa ciudad y nada escapo a mi mirada,  cuando lo recorrí.  Mis ojos siempre tuvieron memoria fotográfica, eso que me permitió siempre,  recordar las páginas de un libro, sus ilustraciones, su formato, su enumeración y que para mis tiempos de estudiante fue algo realmente positivo.
Hoy no me hace bien, me impresiona el paralelismo que hace mi cerebro al recordar el lugar y la otra imagen dejada por ese fatídico día. Pasan por mi memoria las mesitas, los mozos, los stand de diferentes artículos (flores, art. de regalos, revistas, plantas, semillas, golosinas y muchos artículos más propios de lugares turísticos), mi oído recibiendo diferentes idiomas a la vez, risas, música, ropajes determinantes de los orígenes de sus dueños y, por sobre todas las cosas la alegría en conjunto. Todo eso destruido, la muerte y un espanto tremendo, el miedo y el dolor intenso de la pérdida injusta que se instalo en pocos minutos. Algo se quebró, algo se instalo en ese paisaje de alegría y lo destruyo totalmente, la locura de alguien desarmó de un plumazo la armonía, al mirar las escenas por mi mente pasaron pantallazos de otras en otros lugares, las misma intencionalidad,  la creencia inaudita de que un Dios puede ser tan impiadoso y en aras del fanatismo implantar el odio y dar muerte, destruir la vida sin miramientos.
Las creencias tuvieron durante toda la historia  momentos de fanatismo, que destruyeron en muchos casos la posibilidad de tener una observación, un razonamiento lógico sobre los hechos, los sentimientos  y las acciones y terminaron mal, muy mal. Pero en todos los tiempos la humanidad se repuso y enmendó en parte, pero como vemos no fue suficiente. La lucha constante entre el bien y el mal nos pone siempre en los límites. Algo no hemos aprendido, por ejemplo repasar los hechos y si bien es bueno recordar los momentos felices para poder cambiar, debemos hablar de estos momentos. Tengo fe que Dios, el verdadero, el justo, el que le rezamos para poder ayudar a alguien, el que agradecemos cuando algo sale bien, el que armoniza  este universo todo, pequeño o grande, podrá encontrar  la forma de mantener el equilibrio!!!...Soy creyente y creo que no podemos pensar un minuto de que la paciencia, la prudencia y nuestra inteligencia ayudara siempre, un minuto para acudir y demostrar que los valores existen, un minuto para ayudar a mantenerlos en lo que quede de nuestra VIDA!!!